Mil pedazos de mi corazón: una mirada del ser humano a través de los ojos de Yuyo del Valle







La galería de la Aduana se inundó de una melancolía vibrante y colorida  con la exposicion  "Mil pedazos de mi corazón",  del artista Yuyo del Valle. Al cruzar el umbral, los visitantes fueron recibidos por una atmósfera íntima y profundamente conmovedora, una ventana abierta al alma fragmentada y resiliente del artista.




La colección de Yuyo del Valle es un compendio de vivencias que tocan lo más profundo del ser humano. Sus obras no solo son visualmente impactantes, sino que también están impregnadas de una narrativa personal y universal a la vez. Cada pieza parece dialogar con el espectador, invitándolo a reflexionar sobre sus propios momentos de vulnerabilidad y resistencia.

En algún momento de nuestra vida, todos nos hemos encontrado en situaciones donde nos sentimos destruidos y como si nuestros "mil pedazos" se encontraran regados todos por el piso. Desordenados, esperando para ser recogidos y volver a armarlos... volver a armarnos. Solemos relacionar estos momentos de quiebre personal con situaciones afectivas como cuando alguien nos "rompe el corazón", pero la realidad es que los seres humanos, sobre todo los más emocionales (y me atrevo a incluirme en este grupo), nos quebramos constantemente en la búsqueda continúa de nuestra felicidad, reflexiona Yuyo.







Esta declaración se siente tangible al recorrer la exposición. Las texturas ásperas y los colores intensos capturan esa dualidad del dolor y el placer. El amor nos duele, lo sufrimos bastante, pero, así como lo sufrimos, de igual manera lo disfrutamos. Alguna vez una persona que admiro al ver una de mis obras me dio a entender que lo que me producía el dolor de perder a un amor, era lo mucho que lo había disfrutado y que debía enfocarme en eso, en mi capacidad de disfrutar, confiesa el artista. Esta filosofía de encontrar belleza en el sufrimiento permea cada rincón de su obra, convirtiendo el dolor en una fuente de inspiración y fuerza.

Las piezas de Yuyo del Valle no solo son un testimonio de su propia lucha y redención, sino también un espejo en el que los visitantes pueden ver reflejadas sus propias historias. Cada pincelada, cada fragmento de color y cada figura abstracta parecen susurrar historias de amor, pérdida y la incesante búsqueda de la felicidad. Es en este vaivén de emociones donde radica la verdadera profundidad de su trabajo.

En "Mil pedazos de mi corazón", Yuyo ha logrado encapsular la esencia de la condición humana: frágil y fuerte, rota y completa, llena de dolor y, a la vez, de una inquebrantable capacidad para disfrutar. La exposición no solo invita a admirar su habilidad técnica, sino a participar en una introspección compartida, a reconocer y celebrar nuestra capacidad de recomponernos una y otra vez.






Al salir de la exposición, uno no puede evitar llevarse consigo un pedazo de esa melancolía transformadora, una nueva perspectiva sobre el dolor,  el placer, y la certeza de que, como Yuyo, todos tenemos la capacidad de recoger nuestros propios mil pedazos y volver a armarnos, más fuertes y más bellos que antes.